jueves, 25 de abril de 2013

Mike Oldfield - Tubular Bells

Tubular Bells (en español, "Campanas Tubulares") es el primer disco de estudio del compositor y multi-instrumentista Mike Oldfield, lanzado el 25 de mayo de 1973. Olfield habría compuesto la música teniendo 17 años, siendo ésta resultado de diversos desarrollos instrumentales que ya manejaba desde hacía un tiempo y que le permitieron desarrollar un abanico de ideas bastante diversas que se plasman en esta pieza musical de dos partes.

Originalmente se trataba de una maqueta que el artista ofreció a diversas discográficas sin que existiera un interés inicial de aquellas por editarlo, entre otras cosas por tratarse de una composición muy extensa y sin letras cantadas, a diferencia de como era tendencia en esa época. Sin embargo Oldfield conoció a Richard Branson, quien poseía unas cuantas tiendas de venta de discos a domicilio y pretendía montar una discográfica, la futura Virgin Records ofreciéndole la posibilidad de publicar su trabajo.

La grabación de Tubular Bells se realizó en The Manor, una mansión-estudio (la primera de Inglaterra), donde las grabaciones se hicieron de manera artesanal. Al tratarse de una larga sinfonía a ser ejecutada con una multitud de instrumentos, prácticamente todos ejecutados por Oldfield, existieron dificultades técnicas para grabar todos a la vez, ya que sólo se disponía de ocho canales para grabar las pistas, teniéndose que recurrir a trucos artesanales como el bloqueo del cabezal de borrado en las grabadoras para poder grabar varios instrumentos.

Tubular Bells fue a la vez el primer lanzamiento discográfico de la Virgin y el disco que logró introducir y consolidar la discográfica, siendo uno de sus discos más vendidos. El disco llegó inmediatamente al número uno de las listas de ventas y permaneció en ella durante varios meses. En los primeros años de salir a la venta se registraron cerca de 16 millones de copias vendidas en todo el mundo, mayormente en Europa, y la crítica alabó la calidad y originalidad de la obra. El éxito de este disco fue tal que fue utilizada parte de la música para ser incluida como banda sonora de la película "El Exorcista", lo cual hizo conocido el disco en todo el mundo.

La música de Tubular Bells se desarrolla a través de diferentes ideas que van evolucionando, concatenando o fusionandose a lo largo del disco, combinando diversos matices e instrumentos musicales, generando un clima diverso en cada sección, desde lo misterioso, épico, triste, alegre o nostálgico, culminando en una alegre y rápida melodía ejecutada en guitarra acústica, la cual es un arreglo de un tema tradicional.

El éxito sorprendente logrado por Tubular Bells hizo millonario a Oldfield a los veinte años, pero también le significó una situación que terminó abrumando al artista, sumado a problemas personales, como la temprana muerte de su madre, que generó en él un inicial rechazo a la sobreexposición en los medios, una actitud que ha sido característica en él desde entonces.


Tubular Bells se compone de dos piezas (Part One, Part Two), en las que son desarrolladas un sinfin de melodías, e introduce ideas tan originales como:
Ausencia de voces: Aunque son utilizadas en coros y acompañamientos en varias ocasiones, en todo en disco, de unos 45 minutos de duración, no existe una sola canción con letra propiamente dicha. Lo más parecido es lo que se ha llamado "El Hombre de las Cavernas" (Ver más abajo).
El maestro de ceremonias: Sin duda una de las parte más originales. Se trata de una voz (Vivian Stanshall) que va nombrando uno a uno los instrumentos que intervienen en el disco, mientras que estos se van oyendo y uniendo a la melodía principal en orden. El último instrumento es muy especial: "plus... Tubular Bells!" Vivian Stanshall era un miembro del famoso grupo cómico-musical inglés The Bonzo Dog Doo-Dah Band, que estaba grabando en los mismos estudios en los que Tubular Bells tomaba forma, y se prestó voluntario a poner su voz en esta parte del disco.
El hombre de las cavernas (The Piltdown Man): Uno de los momentos más "duros" del disco. Tiene una curiosa historia: en un yacimiento arqueológico se encontró la calavera de un humano con la mandíbula de un simio. Aquello significó una gran revolución, y se creó una enorme polémica. Finalmente se descubrió que aquello no había sido más que una estafa. Oldfield hizo su particular visión de cómo imaginó a aquel monstruo rudo e ignorante en esta sección de la cara B del disco, en la que él mismo pone su voz a su particular "hombre de las cavernas".

Sobre el minuto 7:41 de la primera parte se pueden escuchar una especie de murmullos, justo antes de la entrada del contrabajo. No se sabe a quién corresponden las voces, lo que dicen y si fue dejado intencionalmente o no.


Cuando TB fue lanzado al mercado, los discos rock eran fabricados con polímeros reciclados de baja calidad a partir de vinilos reciclados. Solo las obras clásicas eran prensadas en vinilos no reciclados. Esto causó gran disgusto a Oldfield y sus productores, que denunciaban una mala calidad de sonido, y no dudaron en quejarse y exigir una fabricación y material de calidad a Virgin Records. Finalmente, Richard Branson aceptó la fabricación de Tubular Bells en material no reciclado.

La portada de Tubular Bells (hecha por Trevor Key, que también ha trabajado para Peter Gabriel o Phil Collins) está hecha a base de varias fotografías diferentes. En 1973 no se usaban ordenadores, así que el montaje es totalmente artesanal. Las fotografías de la portada y la contraportada fueron hechas en la misma localización. Muy probablemente se trate de las localidades del sur de Inglaterra de Hastings o Eastbourne. Thom Newman sostiene esta teoría, mientras que Mike se inclina a pensar que se trata de Brighton.

La famosa campana tubular representa hoy en día todo un símbolo: es el "símbolo Mike Oldfield". Él mismo lo eligió cuando creó su propia compañía de discos, Oldfield Music LTD. La portada de Tubular Bells ha pasado a la historia de la música, y su nacimiento fue bastante curioso: Oldfield toca este instrumento al final de la primera parte, pero en vez de usar los tradicionales martillos de madera, golpeó las campanas con uno de hierro ("Realmente quería un sonido como de campanario de iglesia, un sonido fuerte, así que decidí usar esos martillos de hierro. Golpeé las campanas después de tomar carrerilla por todo el estudio"). Como era de esperar, las campanas se destruyeron, doblándose sobre sí mismas. Esto le hizo a Mike pensar en una forma para la portada. Fue entonces cuando llamaron a Trevor Key, un fotógrafo especialista en objetos metálicos, quien dio forma final a la famosa campana retorcida de Mike Oldfield.


Se rumorea que en su juventud, Mike consumió drogas alucinógenas durante la composición de Tubular bells, así como otras piezas musicales, esto lo afirman varias personas de su círculo social en la juventud como por ejemplo su novia de por entonces. La droga consumida habría sido el peyote, lo cual habría favorecido positivamente a la composición. Varios críticos musicales han argumentado que los murmullos son fruto de los efectos alucinógenos.

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