Uno de los primeros grupos que firmaron en la incipiente etiqueta
Harvest en 1969, Bakerloo son en gran medida producto de su tiempo,
una pesada y progresiva banda de blues en la que sus predilecciones
van desde una simple asimilación de Willie Dixon a algunos positivos
destellos de deslumbrante proeza instrumental. “Big Bear Folly”
del guitarrista Dave Clempson, es el tema de apertura en el primer y
único álbum de la banda, es una deslumbrante muestra de un estilo a
lo Ten Years After, mientras que una variación de jazz sobre un tema
de Bach, el aptamente titulado “Driving Bachwards”, demuestra que
la banda no se opone a meterse con los clásicos. El virtuosismo del
cuarteto en ocasiones supera las canciones propias, aunque no hay
escasez de una apasionante atmósfera.
El bajista Terry
Poole desencadena una casi sepulcral voz a través de “Last Blues”,
una maratón de siete minutos que se desarrolla rápidamente en un
auténtico rock pesado, caracterizada por cambios de atmósfera que
ascienden a movimientos separados, es una magnífica pieza, dictada
con precisión musical y algo de los mas inspirados lavados y efectos
del productor Gus Dudgeon. Impresionante, también, es “Son of
Moonshine”, con intensos solos de guitarra de Clempson con una
desesperada conducción del blues.
La comparación con
Cream y el naciente Led Zeppelin realmente no esta muy lejos de la
marca. Bakerloo no estuvo mucho tiempo en esta tierra. Clempson se
fue para sumarse a Colosseum poco después de la edición del álbum;
Poole reapareció junto a Graham Bond, el batería Keith Baker partió
a Uriah Heep, y Bakerloo desapareció de las estanterías con
bastante rapidez.
Desde entonces,
reediciones en Repertoire en 1993 y Akarma una década más tarde han
tenido al menos una parte de la ventaja frente a los coleccionistas,
con la última adición de dos bonus tracks, una toma alternativa del
blues “This Worried Feeling”, y el único lado B “Once Upon a
Time!.
Fuente:Wikipedia.org
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